Sumergidos en el encanto de la cultura, tradición, folklore y devoción religiosa, los ojos de millones de bolivianos y extranjeros se concentraron en la magnífica Entrada del Carnaval de Oruro. Allí, 52 fraternidades y 70.000 danzarines procedentes de todo el país ratificaron la originalidad de las danzas que, como la diablada, morenada y el caporal son imitadas y presentadas como suyas por inescrupulosos en algunos países vecinos.
“Mirando cómo bailan estos diablos, ¿quién puede dudar que la Diablada es boliviana?”. Este año, la Diablada fue la danza más aplaudida debido al debate que, hace unos meses, generó la participación de la representante peruana con un traje de diablo en el Miss Universo. “La diablada es patrimonio de Oruro y de toda Bolivia; el mundo hoy puede verlo”, declaró la ministra de Cultura, Zulma Yugar, vestida con traje de diablo, mientras bailaba como figura de la Fraternidad La Diablada.
Al ritmo de las ya consagradas bandas de músicos, los danzarines hicieron gala de las expresiones culturales que se traducen en ritmos contagiantes de morenadas, caporales, tinkus, kullaway, llameradas y la infaltable diablada, que marca el sello del carnaval orureño.
Otras danzas no tan difundidas, propias del acervo folklórico boliviano también arrancaron aplausos de la gente que se dio cita a lo largo de los más de 3 kilómetros del recorrido.
Además de los espectadores presentes en Oruro, la jornada de ayer el país y los ojos del mundo vieron a través de las trasmisiones televisivas la magia del carnaval de Oruro.
En esta versión del carnaval orureño, declarado en 2001 Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, el gran ausente fue el presidente Evo Morales (según la agencia EFE) quien no acudió a Oruro, donde sí estuvo el vicepresidente Álvaro García Linera, que bailó en varias ocasiones a invitación de caporalas, morenas y bailarinas de otras fraternidades.
Como es habitual, el recorrido incluyó el rito de los danzantes en el templo de la Virgen del Socavón (patrona de los mineros), a la que muestran su devoción pasando de rodillas delante de su imagen, en un culto religioso que confiere mayor singularidad a este carnaval.
Pero lo verdaderamente espectacular del desfile es la gran variedad de danzas, músicas y atuendos, en los que se mezclan ancestrales costumbres prehispánicas con la herencia colonial y la religiosidad católica.
El principal ejemplo es la Diablada, la danza estrella del Carnaval orureño, cuyos bailarines, adornados con grandes máscaras de inquietantes ojos saltones, escenifican la eterna lucha entre el bien y el mal, representados por el arcángel San Miguel y Lucifer.
La entrada de hoy sirvió para que muchos de los bailarines y espectadores reivindicasen en Oruro el origen boliviano de esta danza, que ha sido motivo de controversia entre Bolivia y Perú, después de que la representante peruana en Miss Universo 2009 vistiera un traje de diablada en ese evento como vestimenta típica de su país. La reivindicación de la diablada fue subrayada por la Ministra de Cultura Zulma Yugar y la cadena de televisión internacional BBC, con la firma un convenio para la transmisión de un documental sobre el patrimonio cultural de cada una de las danzas y expresiones del folklore nacional.
CARNAVAL DE ORURO, DEMOSTRACIÓN DE ESPLENDOR, FE Y GRAN DEVOCIÓN
Unos 70.000 bailarines brindaron una jornada de color y devoción en la Entrada folklórica orureña. Desde las tribunas no sólo llovió agua y espuma, sino que hubo un derroche de alegría. En esta versión carnavalera, los jóvenes se convirtieron en los protagonistas de la fiesta más importante de la ciudad del Socavón.
La jornada inició con un cielo limpio, a las 07.00, cuando el monseñor Cristóbal Dialasich y un grupo de peregrinos encabezaron los cinco kilómetros de la Entrada. La imagen de la soberana estuvo acompañada por rezos y detrás venía la Gran Tradicional Auténtica Diablada de Oruro.
De rodillas, los diablos entraron en la casa de la patrona del Socavón. El padre Bernardino Zanella les recibió con una frase que sintetizó la jornada: “Es bueno que vengan a rezar y a bailar primero para la Virgen”.
Para entonces ya eran las 10.00 y en cada tramo de la Peregrinación se vivió una fiesta amenizada por alegres bailarines y numerosos visitantes. Pese a que no hay un recuento oficial, el viceministro de Turismo, Iván Cahuaya, anunció que esta fiesta propició la llegada de unos 100.000 turistas, quienes generan un movimiento económico de 28 millones de dólares.
La mayor parte de los visitantes eran jóvenes. Incluso los extranjeros tenían sangre juvenil. “Es increíble, nunca pensé que era así de lindo, me gustan mucho los tinkus”, contó Marcia Fernández, quien tiene 22 años y llegó desde Argentina. No le importó el hecho de que fuera el objetivo de varios globos y chisguetazos.
Estanislao Aquino, miembro del Comité Departamental de Etnografía y Folklore de Oruro, dijo que la fiesta fue una de las más numerosas y coloridas de los últimos años. “En esta ocasión queremos recuperar el origen de este encuentro. Por ejemplo, junto a la Virgen ingresaron mineros; ellos siempre han sido devotos de la patrona y les ha hecho el milagro de que vuelvan a tener una fuente de trabajo. Cuando se declaró la relocalización minera ellos venían y decían: ‘Nos han quitado el lamparín y a la Virgen le han quitado su vela’”.
En varios pasajes de la Entrada se vivió una fiesta de colores. La avenida del Folklore estuvo repleta de banderines que fueron el marco ideal para el lucimiento de los danzarines.
Las morenas y las diablas causaron sensación con sus trajes. Se impusieron las faldas cortas y los colores brillantes. Las comparsas presentaron novedades en sus vestuarios. La Diablada Urus se lució con estampados con la imagen de la Virgen en la parte frontal. Las mujeres tenían combinados azules y escotados que hicieron delirar a los visitantes. Al cruzar la avenida 6 de Agosto les gritaban a sus figuras “beso, beso, beso”, y éstas no se hacían esperar.
La Morenada Central Oruro tuvo espigadas deidades en el frente de baile. Las mujeres coordinaban a placer e invitaban a los espectadores a que las aplaudieran.
Los varones, especialmente los caporales Centralistas y San Simón, desparramaron talento; mientras que las jóvenes les llenaban de frases bonitas como “así se baila, así se baila”.
En la plaza, la fiesta fue para los visitantes. Las empresas de telefonía emplearon varias bancas y desde allí los jóvenes aplaudían a los bailarines.
A su turno, los danzarines lucían orgullosos sus vestimentas. Por ejemplo, la Llamerada Zona Norte ingresó con enaguas matizadas de color oscuro a claro; un tanto miedosas, también ingresaron unas llamitas con el conjunto. En la danza de los incas se lucieron las mujeres esbeltas y que se movían a paso lento y casi cadencioso.
Este año hubo mayor cantidad de extranjeros en las danzas autóctonas. En la danza Wititis había representantes asiáticas y europeas. Estas danzas originales estaban acompañadas por wiphalas. También hubo gente de otros departamentos del país que integraron bloques completos.
Algunos miembros de la Morenada Ferrari Ghezzi emplearon máscaras con características novedosas este año, que se diferenciaron de otras comparsas.
La Diablada Tradicional Auténtica fue la primera en ingresar.
El Vice se lució en la Entrada
El vicepresidente Álvaro García Linera llegó después de mediodía, cerca de las tres de la tarde, vestido con un saco y armado de una gran sonrisa.
Con el pasar de los minutos se convirtió en la estrella del Carnaval. Las jóvenes fueron las más alegres con la llegada del segundo hombre del Estado, con quien bailaron.
Llegó y ocupó su espacio en el palco oficial de la plaza 10 de Febrero. Se acomodó justo donde un año atrás estaba con el presidente Evo Morales. Igual que entonces, se puso a bailar desde que llegó. Cumplió su palabra cuando dijo: “Voy a bailar con toda china morena que se me aparezca”.
Morenas, diablas, chinas supay le coquetearon y él no se guardó ningún piropo. También, entre sonrisa y sonrisa, aunque con moderación, bebió un par de sorbos de cerveza. Tan alegre estaba que se puso a tocar el bombo ante el aplauso del público.
Una vistosa morena, vestida de verde con algunos vivos azul fosforescentes, fue la que más jugo le sacó al Vicepresidente, pues se puso a bailar con la autoridad y fue envuelta por los aplausos del público.
A momentos se rumoreó que iba a llegar Evo Morales; sin embargo, el Presidente no asistió a la Entrada.
Las wiphalas brillaron en las danzas autóctonas. Las tarqueadas, los incas y los suri sicuris fueron los grupos más vistosos que lucieron estas banderas.
Espectacular desfile de bandas de música
El desfile del Carnaval de Oruro se completó con el paso de nutridas bandas de música procedentes de todo el país. Las más peculiares son las que acompañan a las morenadas y que están integradas por numerosos músicos, 60 y 70 integrantes, con enormes trombones de color blanco, doradas trompetas y clarinetes y coloridos tambores.
Entre las más reconocidas estuvieron la Internacional Poopó, Cocanis, Real Imperial y otras que se concentraron desde las 07.00.
Pero si se trata de colorido de emblemas, los instrumentos de los artistas también estaban adornados. Por ejemplo, la banda Cocanis tenía sus trombones, cornetas y el vestuario de sus integrantes con ribetes de la bandera nacional. Otra banda con características similares fue la Poopó. Luego de más de 12 horas, la fiesta prosiguió en la plaza del Socavón, donde los integrantes de diversas bandas de música se apostaron en sus graderías para continuar interpretando sus melodías en la tradicional Alba.
Aunque el de Oruro es el más reconocido, toda Bolivia se vuelca durante estos días en el Carnaval hasta el punto de ser la celebración más importante del país, que permanecerá de fiesta hasta el Miércoles de Ceniza.
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